La belleza cultural y natural de Palpa abarca, además otro conjunto de riquezas históricas, como los petroglifos de Chichitara, que son figuras grabadas en rocas con representaciones de las divinidades, de seres antropomorfos, zoomorfos, fitomorfos y astrales pertenecientes a las culturas Paracas y Nazca. “El Reloj Solar en el sector de Sacramento, así como la Ciudad Perdida de Huayurí y el resistente y famoso guarango milenario con 1.073 años de existencia, debidamente comprobados por el Instituto Nacional de Medicina Tradicional y que ha sido declarado como símbolo viviente de la medicina tradicional peruana, constituyen sin lugar a dudas el mejor motivo para llegar a esta cálida capital de los camarones, las naranjas, mangos y ciruelas”, destaca Cáceres, quien invita a visitar esta cálida ciudad entre el 24 y 30 de julio próximos, cuando celebre su tradicional Semana Turística.
Tras la bienvenida que otorga al visitante esta bella formación rocosa, uno se dirige hasta el distrito de Llipata, a la altura del kilómetro 408 de la Panamericana Sur, para observar un conjunto de bellos dibujos paracas elaborados hace más de 2.300 años por los pobladores de esta milenaria cultura sobre las faldas y laderas de los cerros y que, tras su descubrimiento hace algunos años por el destacado investigador Johnny Isla Cuadrado, han sido restauradas. “Se trata de once geoglifos que representan los motivos más típicos de esta cultura. Son figuras antropomorfas que tienen sobre la cabeza un tocado en forma de rayos o penachos y que simbolizan al ser oculado o posible divinidad de los paracas, aunque también se observan representaciones de aves que presentan los mismos diseños y motivos que muestras los textiles y la cerámica de esta cultura”, destaca el director del Patrimonio Histórico del INC-Ica, arqueólogo Rubén García Soto. Junto a este conjunto de figuras puestas en valor en noviembre del año pasado, el grupo de investigadores que dirige Isla desde hace diez años ha logrado registrar, además, otros 1.500 geoglifos pertenecientes en su mayoría al periodo Paracas Tardío (300a.C.), así como unos 650 sitios arqueológicos plenamente identificados. Esas figuras descubiertas que han sido restauradas sirvieron, en su momento, para confirmar que los paracas fueron los creadores de los primeros geoglifos, que luego se trazaron en las pampas que hoy pertenecen a la Provincia de Nazca.
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