El histórico barrio chalaco de Chucuito renace con un proyecto de la Municipalidad del Callao a través del cual se han logrado remodelar y pintar las fachadas de 150 tradicionales casas de la zona. La vitalidad de los colores son hoy el mayor atractivo del lugar, que espera convertirse en el centro turístico por excelencia del primer puerto. Los pobladores de Chucuito podrán obtener licencias gratis para abrir negocios. El objetivo es generar comercio en la zona. El histórico barrio chalaco de Chucuito luce hoy un nuevo y colorido rostro gracias a un programa para pintar las fachadas, en el que los protagonistas son los vecinos El ‘Caminito’ del primer puerto Crónica. EL CALLAO CAMBIA DE ROSTRO. Los niños se mueven por las calles descubriendo un lugar que parece salido de un cuento. En sus rostros es posible hallar una tierna combinación de ilusión y sorpresa. Por segunda vez en este año, los alumnos del cuarto grado de primaria del colegio Divina Pastora visitan el histórico balneario de Chucuito, en el Callao, pero esta vez el paisaje frente a sus ojos es distinto: las viejas casonas, adonde llegaron los primeros inmigrantes italianos, siguen allí, pero los portones derruidos y las paredes negras de suciedad que exhibían hasta hace dos meses hoy son historia. El plan piloto que impulsó la Municipalidad del Callao ha permitido que siete manzanas del tradicional barrio chalaco luzcan ahora una imagen remozada que el viajero conocedor podría fácilmente confundir con el famoso pasaje Caminito, en el barrio bonaerense de La Boca. Bajo el nombre de Chucuito Turístico, el proyecto ha permitido pintar las fachadas de 150 casas de la zona en un mes, pero no solo eso: además, se han instalado decenas de hermosos faroles y se han cambiado las rejas y algunos muros y balcones de madera de las viviendas, propios de una época que ahora emerge con una colorida y enérgica vitalidad. Eduardo Dentone tiene 70 años, es hijo de italianos, pescador de profesión y vive en la primera cuadra de la calle Gamarra.
La fachada de su casa muestra ahora un morado intenso y un farol que la ilumina cada noche, mientras repara las redes con las que sale de pesca cada mañana. “Estábamos abandonados, pero esto nos ha devuelto a la vida”, se enorgullece el hombre para quien no existe vida fuera de Chucuito. “Cuando voy a Lima, me da soroche”, bromea. Como él, Andrés Ángeles Bachet ‘El Colorao’, dueño y chef del archiconocido restaurante de mariscos que lleva su sobrenombre, situado en la cuadra 6 del Malecón Figueredo, recuerda el descuido del barrio, pero más que nada se alegra al pensar en el futuro que les espera a él y a sus vecinos. El próximo verano su mayor ilusión es ver Chucuito convertido en el centro de la gastronomía chalaca y, por supuesto, en una original y amena escala para los turistas. La próxima semana empezará la segunda etapa del plan piloto, esta vez en otras nueve manzanas del célebre barrio. Al igual que la anterior, los vecinos podrán elegir los colores con los que decorarán las fachadas de sus hogares y, además, recibir un pago a cambio de pintarlas ellos mismos, explica el alcalde del Callao, Félix Moreno. ¿Pero podría un lugar renacer solo con un ligero cambio de rostro? Tal vez no. Debido a ello, el concejo chalaco decidió otorgar durante un año licencias de funcionamiento gratuitas a los pobladores que deseen abrir negocios (restaurantes, tiendas de artesanías, por ejemplo) en la zona remodelada. Gracias a eso, y al reforzamiento de la seguridad (la llamada guardia chalaca, compuesta por los propios vecinos, se encarga de la vigilancia día y noche), Chucuito es y será un destino turístico que usted, estamos seguros, no querrá dejar de visitar.
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