martes, 10 de noviembre de 2009

Un sueño, una esperanza


Recorriendo el Puerto del Callao, pude ver entre buques de carga acoderados en sus espigones dos grandes naves de turistas de por lo menos 12 pisos, cada una inmensas para la vista, alguien dijo que estas por su tamaño y volumen no eran nada comparables con los que transitan por los mares de Europa, Asía, África, etc. Terminadas las faenas del día retornamos a nuestros hogares, entre almohadones y sábanas llegó el sueño reparador de las energías gastadas en las labores del día. Como dice las ilusiones y los sueños van de la mano, por muy largas horas comienza a lucubrar “el cerebro mío” como dicen en Costa Rica. Veía en sueños, dos inmensos barcos llenos de turistas que arribaban a nuestro puerto El Callao, con no menos de 5 a 6 mil pasajeros. Todos saludaban con los brazos en alto, los comités de Recepción constituidos por hermosas señoritas vestidas a la usanza autóctona de nuestro país. Pero también a la de diferentes países del mundo. El espigón donde acoderaban estas naves relucían de limpieza y hasta alfombras tenían, vehículos modernos esperaban para transportar a nuestros hermanos turísticas, todos, todos impecablemente vestidos, cantantes y músicos producían algarabía y la alegría era contagiosa, podía verse hermosas calles y avenidas por donde transitarían nuestros hermanos turistas, grandes autopistas desde el Puerto a las zonas más recónditas de nuestro país, Cuzco, Cajamarca, Ica, Palpa, Nazca, Arequipa, Moquegua, Tacna, Piura, Chiclayo, Trujillo, Cajamarca, Puno, Ancash, Iquitos, Pucallpa, etc. Con inmensos túneles que acortaban distancias entre Costa, Sierra y Selva, un hermoso tren esperaban a aquellos que quisieron conocer nuestro país por medio de este transporte, hasta se parecía al tren “bala” con comodidades y seguridad de primera tecnología, buses ultra modernos. Guías y asesores de turismo, pugnaban por hacerse presente, grandes, bellos carteles exhibían y promocionaban los atractivos turísticos de nuestro país, Costa, Sierra y Selva, era un todo, gracias a nuestras vías de comunicación, grandes tiendas de exhibición y ventas estaban debidamente delineados al entorno de los espigones, restaurantes de primera, ofrecían nuestras comidas, ya que la gastronomía peruana es una de las más variadas del mundo, es también una de las más sabrosas y es preferida por su calidad. También esperaban avionetas y helicópteros de última generación para aquellos que quisieran conocer nuestro país desde el aire, y se veían los centros modernos de control de aeronáutica.


En fin, todo era un fervoroso trajinar. Imagine en sueños, que realmente el turismo es la industria más noble y grande en el mundo, cuando esta se encuentra debidamente organizada con inteligencia, responsabilidad y amparada social y políticamente. LA ESPERANZA ES UN SUEÑO, NOS TOCA A TODOS HACERLA REALIDAD.

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