domingo, 23 de febrero de 2014

VIGILIA POR THIAGO EN LA COSTA VERDE


Felicitamos la iniciativa de quienes generosamente decidieron tomar medidas para evitar que las piedras voladoras asesinas, sigan destruyendo vehículos e hiriendo y matando gente.


MALLAS DE CINCO METROS
Como medida preventiva decidieron levantar unas mallas de 5 metros  de altura, para que estas piedras ubicadas a 5 metros y otras que no vuelan tanto, caigan dentro del cerco, que dados los cálculos de técnicos y profesionales, previos estudios, han determinado que haciendo por ciertos sectores y nada más, basta y luego según se menciona en los medios de comunicación, se cubrirán de una u otra forma el resto de las piedras asesinas… ¿cuándo?

GARANTÍA
Quién garantiza que no habrán más piedras asesinas que caerán, para destrozar vehículos, herir personas y hasta matarlas y esto tiene años y con decir esto nadie quiere responsabilizarse hoy por los heridos, los muertos y los vehículos dañados, nadie asume su responsabilidad y se tiene que recurrir a la buena voluntad del pueblo para solventar las consecuencias y secuelas.

AUTORIDADES, EMPRESARIOS Y PROFESIONALES
Es de suponerse que todos cobran y ganan, por administrar, invertir para realizar una obra y en esos costos están calculados los riesgos, pues el más incipiente ciudadano, sin ir a una universidad, sin ser autoridad, sin ser empresario, sabe que al trabajarse esos farallones, las piedras que van quedando visibles, con la humedad del ambiente y del aire, caerán tarde o temprano, hiriendo, matando y destruyendo propiedad privada.

Si somos tan lentos, preguntemos cuántos muertos tenemos en la actualidad en el recorrido de toda la llamada costa verde, o terminará llamándose costa “maldita”.

A este paso, se construirán edificios cuyas ventanas caerán por pedazos desde grandes alturas, matando transeúntes y nadie responderá por ello, todos sabemos que usando el término noble de construir casas y edificios, mueren operarios, se propicia la destrucción de otras casas y nadie quiere responder por ello, ni los ingenieros, ni los empresarios, ni las autoridades y no hay ley que los obligue, entonces nos tenemos que preguntar: para qué tanto estudio si no se puede calcular los riesgos.

Lo sabroso de todo esto es que todos ganan, los que autorizan, los profesionales, los empresarios y los únicos que pierden sus propiedades y la vida son los ciudadanos y jamás son siquiera resarcidos de forma alguna.

LOS CONGRESISTAS
La democracia los hizo necesarios para legislar a favor de las grandes mayorías, el pueblo les paga bien, si hacemos una tabla de valores será sorprendente la diferencia abismal con los sueldos de un policía, un profesor, un empleado estatal.

Pero nuestros congresistas pareciera que ocupan su sillón, sólo se esfuerzan por repetir y repetir el plato, esto estaría bien si fuera por méritos, ya sabemos que practicamos una democracia, sin ideología y sin principios, pero de ahí a que se abandone la estructura social económica de nuestro país, al que puede, puede y al que no, no, ya frisa en un límite fascista e inconsecuente, por lo menos desde aquí consideramos que hagan un ejercicio saludable legislando para que, tomando la costa verde como un botón de muestra, legislen responsabilizando a quienes autorizan y construyen y respondan por lo que hacen y no estemos mendigando para costear consecuencias y todos se embolsen el dinero del pueblo fácil e impunemente.

Los que murieron en este lugar les agradecerán, pues sus muertes no serán vanas y a Thiago le daremos más fuerzas para luchar por su vida.


Pónganse ustedes una mano en el pecho y otra en el bolsillo, que alguna responsabilidad tienen y no miren ni a la izquierda, ni a la derecha, ni al centro, pues el que nació insensible, insensible vivirá.

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