¿SON PIRATAS O CORSARIOS?
Por: César Corrales Degregori
Transporte público urbano de pasajeros, la
crisis aún sin resolver.
En el transporte público
urbano de pasajeros existen actualmente cerca de dos millones de “Piratas”,
tenemos que considerar que son dos millones de familias que viven del pirataje (a
espaldas de toda ley y norma). ¿desde hace cuantos años sucede esto en el Perú?,
unos afirman 50 años, otros 30 años, etc.
Luego de una serie
de consultas consideramos y previa encuesta se determinó que en el transporte público
de pasajeros no existen sólo “corsarios”.
¿Quiénes fueron los
corsarios en el pasado?
No los corsarios y
piratas del transporte, los dueños, nos interesan para limpiar esta cuestión,
si no los pobres choferes que están desamparados de todos los derechos
sociales, siendo los parias sometidos a persecuciones, un par de centavos que
ni le sirven para una exquisita cena, maltratados, encarcelados, por cierto que
hay algunos perversos creados por el sistema, que no representan al auténtico
chofer. Estos requieren una ley justa para un servicio de transporte de
calidad.
Los que a nombre de
los reyes o reynas de algunas coronas europeas, ejemplo, España o Inglaterra le
daban toda su protección a los asaltantes en el mar e incluso les
proporcionaban las naves (galeones) y hasta hombres que purgaban penas en las
cárceles para que luego compartieran las riquezas robadas a otros barcos de
otras coronas, países.
Hoy dicen las
entendidos que resulta increíble que sin protección sería imposible que
existieran tantos vehículos en las pistas del Perú (corsarios) si no contaran
con la protección de las autoridades del transporte que los cobija, y los
amparan (El Poder Parcelado), desde que la importación de los vehículos (autos
y taxis cholos) hasta la producción económica que estos arrojan, todos ganan,
comerciantes de vehículos, choferes, etc, etc. Ingeniosamente se hacen los
ingenuos, autoridades corruptas y quienes lo imitan, porque se vienen lavando
la cara, las manos, y los bolsillos todos los autores y con este trajín el Estado
pierde autoridad, y se generaliza la corrupción y la democracia se desacredita,
yéndose abajo la credibilidad. Entonces quienes ganan son los corruptos, perdiendo
el pueblo usuario y la democracia. Así nunca, si no se resuelve con cabeza fría
y patriotismo este problema, el pueblo nunca tendrá un servicio de transporte confortable
y seguro, ya que que hace 50 años estamos con medios de locomoción masiva
junglarescos.
En desacuerdo de la
economía nacional, esto se parece a Fuenteovejuna, todos a una.
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