miércoles, 21 de junio de 2017

PARA CONOCIMIENTO DE NUESTROS ELECTORES


PARA CONOCIMIENTO DE NUESTROS ELECTORES


PAPELES DE BAÚL
Por: Fray Gerundio
EL COLEGIO “SAN CARLOS”
(Especial para “Alma Porteña”)
           
            Saber de la existencia del Biógrafo “Callao”, empresa usando la Plaza Ovalo como escenario para teatro, de que en la calle Belén Nº 1038, dirección del colegio “San Carlos”, el año 1939 se buscaba una muchacha para cuidar un bebé, hojeando el diario “El Universal”, la edición 1439, donde los cines “Dos de Mayo”, Excelsior”, “Real”, respetivamente presentaban “Lobos del Norte” con George Raft – Dorothy Lamour, la serial  “El Terror del Hampa”, poniendo “La Llamarada” para la vermouth, “Palomillas del Rímac” (film peruano), aparte el “Porteño” con “Las Mil y Dos Noches”, el “América” con la serial “El Potro Pinto”, quedé sorprendido al ver el corpazo, las piernas, de las miss Ellen Tilton Holmsen, quien en New Jersey vistió como quiso, hasta se quitó el pijama cuando la multaron, quedando como Lady Godiva, todas sus formas a la vista de los mortales.

            Pues bien, dato para Corrales, Velásquez Giordano, Mateo. Publicó ese diario de la calle General La Fuente Nº 540, gobernada Benavides, quien casó con su linda prima Paquita, un anuncio grandazo que publicitaba al moderno colegio “San Carlos”, sito en la calle Belén 1038, teléfono 34919, dirigido por el Dr. s. Octavio Mayaute, a la vez director de la “Academia Peruana”.

            Ese profesor de ciencias biológicas dio a conocer que dicho centro de estudios ofrecía el Servicio Técnico Bio – Psíquico – Pedagógico y Vocacional, facultándolo la Resolución Ministerial Nº 1345. Contaba con la instrucción media completa, aparte de la primaria, más cuarto internado e internado, a cargo de una selecta plana docente, sobresaliendo estas personalidad: Roberto Mac Leán y Estenós, Manuel Calvo y Pèrez, Alfredo Rebaza Acosta, Julio C. Chiriboga, Fausto Linares Málaga, Ernesto Arca Parrò, Ismael Vinatea. Y sigue la lista.

            Mucha importancia a las bellas artes, idiomas, ciencias, humanidades, deporte, dentro de aulas adecuadas.

            Apareció el año 1939, pero hacia 1942 se fusiona con el Instituto de Lima (el cual data de marzo de 1872), naciendo el “Lima San Carlos”, un semillero de hombres que darían lustre al Perú, aportando ya como una sola unidad toda una historia admirable desde antes de la fatídica guerra del guano y el salitre.

            El Dr. Mayaute escogió  aquel nombre para dicho colegio en recuerdo del Convictorio, además del santo Carlos de Borromeo. Incluso se sabe que, al fusionarse, la sociedad Pérez – La Cruz – Mayaute tenía pensado echar las bases de la Universidad Particular “Lima San Carlos”, a partir de aquella alma mater que había funcionado primero dentro de la Casa de la Micheo, luego en la calle Pando, desde 1911 en la última del Jirón de la Unión, hoy  ocupa un casón de la Av. Uruguay y es plantel de corte mixto.

            Recuerdo que por una de sus puertas de Belén me escapaba para ir al República, a la vuelta, aunque jamás especté ahí la serial “La Legión Heroica”, tampoco “El Hijo del Seik” interpretada por Rodolfo Valentino, estrella del cine mudo, en la cartelera del “Lima” cuya lateral costaba 40 centavos, 30 el balcón. Sí pude apreciar más tarde “Los Misterios de Parìs” con Lucien Barraux, la ofreció al correr los años de la rebelión del sargento Huapaya el “Olaya” de Chorrillos.

            Varios de los sancarlinos de la década del 30 quizá vieron actuar al carioca V. Lobo, artista que caricaturizaba tipos; periodista él, boxeador, un altazo que llegó a Lima acompañado de lindas bailarinas.

            Asimismo otros colegios publicaron sus avisos. “El Universal” les abría sus páginas previo pago, publicidad. Algunos aceptaron dar becas, dispuestas por el gobierno, como los  SS.CC. de la Recoleta, Salesianos, Alfonso Ugarte, La Inmaculada, Santo Tomás de Aquino, 2 de Mayo, Moderno, Divino Maestro, el Lima, Nuestra Señora de Guadalupe, etc.

            Pero el colegio “San Carlos” desde que apareció en el corazón de Lima hizo época.

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