miércoles, 7 de junio de 2017

CONSTRUYENDO VIDA

CONSTRUYENDO VIDA


En el año 1950 montando el caballo de la familia, color caramelo uno de buena alzada, manso nada nervioso, familiarizado conmigo, pues lo montaba casi a diario, para llevarlo a alimentarse a unos pastizales cercanos a mi vivienda en la Provincia de Palpa, Departamento de Ica, se trata del valle de Palpa cuyo río lleva el mismo nombre, es un valle formado por dos brazos de  Cordillera. Que se desprenden de la Cordillera principal .Palpa, es limite con el Dpto. (hoy Región) Ayacucho, fue en este valle donde sucedió lo que a continuación relataré.

 En ese entonces, aproximadamente recorría montado en mi caballo unos tres kmts. Hasta el lugar de alimentación, donde se quedaba desde muy temprano en la mañana hasta 5 ò 6 pm. hora que salía del  Colegio, estudiábamos en horario partido de ocho am a doce horas y de dos pm cinco pm. Cuyo Director era el “Maestro de la Juventud” don Constantino Laynes buen amigo de mi padre, querido por todo el pueblo, hombre de buen carácter apropiado digo yo hoy, en el año 2017 a la distancia del tiempo transcurrido ya para entonces existía una escuela normal, en el distrito de Palpa donde llegaban, jóvenes de diferentes lugares del Perú, a prepararse (estudiar para ser educadores “maestros”) Los que brindaban clases a los estudiantes, clases de reforzamiento de seis pm a ocho pm por razones que no entendía, fue cerrado en el año 1948 y hasta la fecha no se ha reiniciado su labor educativa tan necesaria para nuestra provincia, tanto hoy como lo era en esos tiempos.

PERDIENDO UNA VIDA

 Recuerdos van y vienen, ahora relataré el porque estoy vivo hasta hoy… subido en mi caballo, en pelo, significa sin aparejo alguno en el lomo y solo, contando con una soga, que bien puesta me permitía guiar al caballo, venía del pueblo (Palpa) con prisa, corriendo el caballo tomó un desvío del camino (Trocha) recorriendo más o menos doscientos metros llegué al rio de Palpa (el lugar se llamaba Pakuri, corriendo el caballo trata de cruzar el río, es posible que alguna piedra hizo sentir dolor al caballo en una de sus patas, deteniéndose bruscamente haciéndome volar de su lomo, cayendo al lecho del río poca agua poco agua, de espaldas, en un pequeño espacio de arena, adolorido por el golpe, recorrí mi mirada  por el cauce del río, desde mi posición era nomas de un metro de ancho y largo, todo el lecho del río estaba cubierto de piedras grandes, en ese instante comprendí y sentí, a pesar de mi corta edad el riesgo corrido si hubiera caído en las piedras, lo bueno fue que en pocos  minutos recupere mi estado normal de ánimo, como se trataba de mi caballo el cual usaba a diario se quedó parado cerca a mi; monté en él y seguí mi rutina.



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