CONSTRUYENDO VIDA
En
el año 1950 montando el caballo de la familia, color caramelo uno de buena
alzada, manso nada nervioso, familiarizado conmigo, pues lo montaba casi a
diario, para llevarlo a alimentarse a unos pastizales cercanos a mi vivienda en
la Provincia de Palpa, Departamento de Ica, se trata del valle de Palpa cuyo
río lleva el mismo nombre, es un valle formado por dos brazos de Cordillera. Que se desprenden de la
Cordillera principal .Palpa, es limite con el Dpto. (hoy Región) Ayacucho, fue
en este valle donde sucedió lo que a continuación relataré.
En ese entonces, aproximadamente recorría
montado en mi caballo unos tres kmts. Hasta el lugar de alimentación, donde se
quedaba desde muy temprano en la mañana hasta 5 ò 6 pm. hora que salía del Colegio, estudiábamos en horario partido de
ocho am a doce horas y de dos pm cinco pm. Cuyo Director era el “Maestro de la
Juventud” don Constantino Laynes buen amigo de mi padre, querido por todo el
pueblo, hombre de buen carácter apropiado digo yo hoy, en el año 2017 a la
distancia del tiempo transcurrido ya para entonces existía una escuela normal, en
el distrito de Palpa donde llegaban, jóvenes de diferentes lugares del Perú, a
prepararse (estudiar para ser educadores “maestros”) Los que brindaban clases a
los estudiantes, clases de reforzamiento de seis pm a ocho pm por razones que
no entendía, fue cerrado en el año 1948 y hasta la fecha no se ha reiniciado su
labor educativa tan necesaria para nuestra provincia, tanto hoy como lo era en
esos tiempos.
PERDIENDO
UNA VIDA
Recuerdos van y vienen, ahora relataré el
porque estoy vivo hasta hoy… subido en mi caballo, en pelo, significa sin aparejo
alguno en el lomo y solo, contando con una soga, que bien puesta me permitía
guiar al caballo, venía del pueblo (Palpa) con prisa, corriendo el caballo tomó
un desvío del camino (Trocha) recorriendo más o menos doscientos metros llegué
al rio de Palpa (el lugar se llamaba Pakuri, corriendo el caballo trata de
cruzar el río, es posible que alguna piedra hizo sentir dolor al caballo en una
de sus patas, deteniéndose bruscamente haciéndome volar de su lomo, cayendo al
lecho del río poca agua poco agua, de espaldas, en un pequeño espacio de arena,
adolorido por el golpe, recorrí mi mirada
por el cauce del río, desde mi posición era nomas de un metro de ancho y
largo, todo el lecho del río estaba cubierto de piedras grandes, en ese
instante comprendí y sentí, a pesar de mi corta edad el riesgo corrido si
hubiera caído en las piedras, lo bueno fue que en pocos minutos recupere mi estado normal de ánimo,
como se trataba de mi caballo el cual usaba a diario se quedó parado cerca a mi;
monté en él y seguí mi rutina.
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