miércoles, 9 de abril de 2014

NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER


No se rasguen las vestiduras mis queridos políticos, póngaselas bien, ajústense los cinturones, póngase bien el ropaje y dense un baño de valor y dignidad, háganlo por el Perú, que tanto dicen querer, en cada trámite electoral y por favor no se comparen con México, que si bien es cierto nuestros corruptos, ladrones y narcotraficantes, no son tan escandalosos, pero estamos en ese camino y más aún, no olvidemos a nuestros terroristas. 

Estos humildes servidores lo venimos anunciando desde hace más de 20 años, de dónde venimos y adónde vamos, eso está escrito, no es gaseoso, lean y entenderán, no es que seamos más que los demás, sino que tenemos la tranquilidad necesaria para observar, pues la ambición a la mala no predomina aún en nuestras voluntades.

ACCIÓN Y MÁS ACCIÓN:
Lo fácil y lo divertido siempre es más agradable, pues a trabajar, sufrimientos y lágrimas y la pérdida de sus riquezas, plata hay, el pueblo no la ve, se mezquina a los trabajadores, de todos los niveles, pero se gasta a manos llenas, donde puede quedar algo y ese algo, es el que se utiliza para corromper, a unos con millones y a otros con migas.

CONTROLES
Controles sí, pero bien pensados, ¿quién controla al controlador? Que no pasen 100 años para luego lamentarnos, con dolernos y luego condecorarnos unos a otros y borrón y cuenta nueva, así no se quiere al Perú ni a nadie, pues nuestros controles son como el gigante y el ciego; todo se nos pasa por debajo de las piernas o simplemente no queremos ver, para que nuestros bolsillos anden llenos, aunque nuestras conciencias estén negras.

EL PERÚ
El Perú entero debe ser supervisado, analizado, diagnosticado, a todo lo largo y ancho, el poder político estará seguro, si se cumple con la gran masa productiva de todas las épocas y no solo amasando dinero y organizando bandas para usarlos en cada campaña electoral, regalando dádivas a un pueblo desencantado y sufriente.

Combatamos la corrupción, evitemos muertes de gente noble y hagamos realmente grande a nuestra Patria.

No nos hagamos los sorprendidos, pues los perros ladran y muerden. 

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