Agonizan los fonavistas, unos por
ley natural de sus edades, otros por la desilusión que le producen sus
autoridades y por el despilfarro de millones y millones de soles en el gobierno
y en el Congreso, tanto es el cinismo que parece que quienes tienen poder
(político y económico) gracias al erario nacional (dinero del pueblo) adquieren
el síndrome del cinismo y no sienten obligación alguna de cumplir con una deuda
social reconocida y amparada por la Ley Nº 29625 por lo que no cabe duda que un
gobierno con un sano juicio se preocuparía
Por informar paso a paso de sus
esfuerzos por cumplir ejecutando la Ley
Nº 29625, entregando a sus legítimos dueños esos dineros que honrarían el
sistema como justo y honorable.
Por justificar tantos y tantos
millones que se utilizan en viajes, acciones, esfuerzos, lavarle la cara a
todas esas acciones y medidas improductivas que se ejecutan.
Por la pobreza, necesidad, hambre y
miseria de niños y niñas (ya para qué hablar de viejos) que mueren en las
alturas de nuestro país, departamento de Puno, departamento de Ayacucho y
muchos otros más, sólo en Puno según se manifiesta, todos los años mueren 25
mil niños por el frío, no sabemos en todo el Perú cuántos.
Por falta de vías de comunicación
terrestre, firmes y seguras, en todo el territorio nacional incluida ciudades
de costa, sierra y selva.
EL TRANSPORTE
En todas sus modalidades arrojan
una serie de muertos por año, ACASO NO ES CONSECUENCIA DE UNA MALA POLÍTICA
ADMINISTRATIVA.
Qué duda puede caber después de
miles de muertos y un porfiado fracaso
constante en el tiempo (50 años) y todo por una maldita corrupción y el dinero.
La percepción generalizada por
quienes tienen la obligación de legislar, los que tienen la responsabilidad de
administrar el transporte es que ¡no pasa nada!.
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