jueves, 5 de marzo de 2015

EL TRANSPORTE PÚBLICO DE PASAJEROS, AYER, HOY Y MAÑANA
   
 


Historia:

Para aquellos que conocemos el transporte público de pasajeros desde hace 50 años calendario, podemos afirmar, que estamos en el mismo punto donde se estuvo en aquella época, sin confort, sin seguridad, sin suficiencia, sin capacidad, sin financiación, sin proyección técnica, sin proyección económica; vale decir, todos los que en algún momento en estos 50 años tuvieron responsabilidad en la administración de transporte público de pasajeros, fracasaron rotundamente (si dijéramos que son unos burros), nos mentiríamos y le mentiríamos a nuestros lectores.

Son: Taimados, calculadores, insensibles, interesados en cualquier otro fin, menos en beneficiar al pueblo limeño y al país en general con un transporte público de pasajeros óptimo, con futuro, tanto económico como social.

El transporte público de pasajeros: 
Cada vez que se anuncia una reforma para mejorarlo, sólo es para aplicarle nuevas medidas para que el sistema caiga en otras modalidades de un futuro, mucho más miserable que el anterior, y, que la masa social que trabaja en él sea más pauperizada en todo el sentido de la palabra. 

Inversiones económicas:

Ninguna empresa que invierte su capital, sea este propio o financiado puede llegar a buen fin si las concesiones son de tiempo limitado 2 ó 3 años, menos aún, como es en el transporte que deben invertirse, cientos y miles de millones de soles, más pareciera que se propicia un lavado constante de dinero, condenando a la ciudadanía a padecer eternamente de un transporte deficiente y exponiendo a la ciudadanía en general a perder la vida y a perder los capitales invertidos, grabando las economías de nuestro país, ya que no producimos vehículos y nuestras divisas sirven para dar trabajo a otras sociedades productoras de vehículos.


Socialmente:

Tenemos un pueblo usuario totalmente condenado en el tiempo a tener siempre (como si fuera una maldición infernal) un servicio deficiente en el pasado en el presente y en el futuro y los inversionistas y trabajadores en general que sufrieron en el pasado, sufren en el presente y sufrirán en el futuro de un abandono total, sirviendo de lastre a nuestra sociedad, solamente porque carecen de los beneficios y amparos con que cuentan los capitales en toda inversión y los trabajadores que suman cientos de miles sin ningún derecho, ni amparo social alguno en el pasado, en el presente, y en el futuro. 

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