Desde el año 1993 en que se promulgo la nueva
Constitución de la República del PERU – por el seudo gobierno fujimorista al
gusto y antojo de la gran corriente económica mundial (libre mercado). Se
determinó reducir al estado peruano a ser asistencialista, retirándose de toda
posibilidad de administrar una empresa estatal o para estatal, y en el tiempo
transcurrido se han venido dando dispositivos y disposiciones que han venido
soldando lo determinado en la Constitución, por lo tanto hoy los trabajadores y
la sociedad en su conjunto, no tiene un solo lugar en el país donde realizar sus
reclamos públicos, solo el poder obstaculizar, gritar, levantar la voz, pueden
ser merecedor de castigos severos.
ACTUACION
DEL ESTADO
Como el estado actua dentro de un marco
legal, dispone del amparo de la Marina, el Ejército y la Aviación asi como del
cuerpo policial y apoyo internacional que marcha al ritmo de los intereses
económicos de las empresas trasnacionales..
ACTITUD
DE NUESTRA SOCIEDAD
Nuestra sociedad en general adormecida en la
espera que con tal o cual sistema alcanzaremos la felicidad, ha dejado pasar el
tiempo en una actitud de comparsa y esto desde 1993 hasta la fecha.
Todos cacarean, gritan ofrece, empujan,
maldicen, sin resultado positivo, salvo en lo personal para muchos.
LOS
GOBIERNOS
Los gobiernos desde Fujimori a la fecha solo
sonríen y avanzan presionan enajenan, esclavizan, pauperizan los sueldos, crean
intermediarios como los servis y otros organismos que permiten que los
trabajadores no tengan sueldo decorosos de acuerdo a nuestras reales
necesidades familiares y usan todo los medios para hacernos saber que nuestro
país es rico y con esa riqueza, solo amparan a grandes transnacionales y a los
pseudos millonarios nuestros tendiéndole la cama para llevarse el oro y
desaparecer el agua.
EL
ESTADO PERUANO
Solo debe atender la salud, la educación, la
alimentación, la seguridad y trabajo, lamentablemente el pueblo no siente estos
beneficios.
PUNTO
DE VISTA
Desde nuestro punto de vista la democracia,
los trabajadores y el pueblo peruano merecen no ser engañados, menos
chantajeado por nuestra clase política y menos por la clase dirigencial de
nuestros pueblos y los trabajadores salvo que se justifique por los beneficios
personales que puedan obtener en desmedro de los propios intereses nacionales.
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