Las malas noticias de abusadores de niños se vienen dando con tal continuidad que se llenan las páginas de nuestros diarios chicha y de los otros también, día a día. En el tiempo se ha ido creando y nombrando autoridades con suculentos sueldos, rimbombantes cargos, resultado, cada día aumentan casos como los del niño cuyo padre drogadicto violó y quiso cortarle la yugular para silenciarlo.
Todo drogadicto toma la escalera de regreso al estado más primitivo del hombre y se convierte en una fiera salvaje, actúa contra sí mismo, los suyos y cuanto ser se le acerque.
La ingenuidad, la buena voluntad, el amor familiar, el amor de esposa, el amor de hijos a padres, el cariño amical, no sirven sino para ser acechados por estos hombres y ser víctimas de robos, abusos y asesinatos, cuanto más débil sea la víctima, más atroces sus actos en contra de ell os.
Madres y padres, parientes y amigos, vecinos de esta selva de convivencias económicas donde la pasta y la hierba se venden a vista y paciencia y quienes deben velar por la vida y la salud de nuestros niños no actúan y se convierten en ciegos sordos y mudos.
Las madres en muchos casos por exceso de confianza, por satisfacciones mundanas o por considerar que con trabajar y dar que comer es todo. Se hacen de la vista gorda y dejan que padres drogadictos cuiden sus hijos u otros vecinos encargan a sus hijos a estos viciosos que generalmente se esconden tras el escudo del vicio para justificar sus fechorías.
Quienes dictan leyes, quienes ufanos representan instituciones, quienes juran y rejuran cuidar a la sociedad, cuya parte fundamental son los niños de hoy, en cumplimiento de sus funciones deben prevenir, alertar, asesorar a la ciudadanía para que cesen estos actos, que en muchos casos suceden por no cumplir con el rol que les encarga la sociedad en su conjunto “lo importante es prevenir y no solo lamentar”
Todo drogadicto toma la escalera de regreso al estado más primitivo del hombre y se convierte en una fiera salvaje, actúa contra sí mismo, los suyos y cuanto ser se le acerque.
La ingenuidad, la buena voluntad, el amor familiar, el amor de esposa, el amor de hijos a padres, el cariño amical, no sirven sino para ser acechados por estos hombres y ser víctimas de robos, abusos y asesinatos, cuanto más débil sea la víctima, más atroces sus actos en contra de ell os.
Madres y padres, parientes y amigos, vecinos de esta selva de convivencias económicas donde la pasta y la hierba se venden a vista y paciencia y quienes deben velar por la vida y la salud de nuestros niños no actúan y se convierten en ciegos sordos y mudos.
Las madres en muchos casos por exceso de confianza, por satisfacciones mundanas o por considerar que con trabajar y dar que comer es todo. Se hacen de la vista gorda y dejan que padres drogadictos cuiden sus hijos u otros vecinos encargan a sus hijos a estos viciosos que generalmente se esconden tras el escudo del vicio para justificar sus fechorías.
Quienes dictan leyes, quienes ufanos representan instituciones, quienes juran y rejuran cuidar a la sociedad, cuya parte fundamental son los niños de hoy, en cumplimiento de sus funciones deben prevenir, alertar, asesorar a la ciudadanía para que cesen estos actos, que en muchos casos suceden por no cumplir con el rol que les encarga la sociedad en su conjunto “lo importante es prevenir y no solo lamentar”
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