Nubarrones oscuros se acercan a la escena de competencia, la ingenua voluntad del electorado juega como un niño con candela, la experiencia de años pasados no está sirviendo de nada sobre todo a los jóvenes votantes, que se enardecen fácilmente ante uno u otro mensaje demagógico.
La responsabilidad de quienes conducen masas “votantes” debería reflexionar ante el riesgo que significa dividir y dividir facilitando la llegada de aguas turbulentas al poder despertando el apetito de quienes aún se encuentran encarcelados por crímenes mil, más aún a los que en impunidad gozan de prestigio y poder.
Un retroceso a estas alturas significaría hambre, pobreza y caos, naturalmente crímenes y muertes a nombre de la diosa “justicia” que es bandera de toda reacción totalitaria.
No es difícil identificar las cabezas que ayer dirigieron estos movimientos, sangrientos y corruptos, hoy incrementados por nuevos movimientos y cabezas que añoran emular a los que mataron y corrompieron el sistema político – social, pues ahora es el momento de meditar con cabeza fría los pasos a seguir para no caer en el caos al fortalecer a facciones sanguinarias, reaccionarias, violentistas y corruptas.
Es tiempo de unirse para fortalecer la democracia, para bien de nuestro país llamado Perú, por que luego el costo negativo sería muy alto, como pasó en las décadas 70, 80, 90 no muy lejanos por cierto, trastocando todo lo avanzado.
Estamos avisados, ejemplos tenemos muchos, vecinos nuestros están viviendo experiencias que no les permite reales avances y menos tranquilidad social.
Si amamos al Perú demos nuestro voto bien pensado uy sobre todo bien informado.
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