jueves, 30 de septiembre de 2010

EL DEFECTO DE LA TOLERANCIA


El exceso de tolerancia, incuba la corrupción, la nobleza de los pueblos es penetrada fácilmente por conductores políticos, sociales, corruptos de por sí, exponiendo a los ciudadanos a aceptar convivir con la desocupación y la pobreza como si fuera un determinismo imposible de superar, aceptando la dadiva y la limosna de sus propios recursos como si fuera un acto de bondad del corrupto funcionario.

No estamos expresando un concepto de ciencia-ficción, ni inventando un cuento imaginario y fantasioso, bastará con observar en la opulencia en que viven muchos representantes políticos, rodeados de servicios que disponen para sí, usando el poder otorgado por el pueblo y sumado a los disfrutes que se dan conformando los pasos de la escalera donde se montan para desde la altura ficticia sancionar y disponer en pro y a favor de ellos mismos, estafando al pueblo en sus prístinos intereses naturales de bienestar y justicia.

No estamos expresando un concepto reaccionario y beligerante, sino estamos separando el sistema democrático social de las garras de los corruptos, que cobijándose en la nobleza, y tolerancia de los pueblos, los condenan a la miseria y la pobreza, ya no solo economía, sino tan bien educacional y cultural, contratando una jauría de lobos que les gusta la carroña y el hueso dedicándose a maquillar la actitud indecente de estos aventureros y corruptos, conformándose con los mendrugos que caen de la opulenta mesa de los facinerosos, que usan todo a su favor en perjuicio del futuro de los pueblos pauperizándolos y corrompiéndolos.

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