lunes, 24 de mayo de 2010

ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO MAL APLICADA PROPUGNA EL REGRESO A LA ESCLAVITUD DE LOS HOMBRES





Los héroes que lucharon por la independencia de América y otras latitudes como todos los grandes, pensadores, políticos, esas grandes masas sacrificadas por el vil esclavista, estén donde estén sentirán la insatisfacción y el mal gusto de ingerir una papa verde o un aceite como el de bacalao, ya que la prepotencia, el abuso, viene penetrando en nuestras sociedades, claro de manera muy sutil y sofisticada. Hoy en día la televisión los diarios y revistas reclaman como ingrediente indispensable, la disposición de la mano de obra a gusto de los mal llamados empleadores (serían esclavistas para llamarlos con propiedad) según sostienen para que las inversiones lleguen al país es indispensable desaparecer los organismos representativos de los trabajadores de toda actividad. Mas en sus propios países de origen respaldan y defienden a sus organizaciones sean sociales, laborales, deportivas, etc.

Significaría esto poner a disposición de los esclavistas toda la fuerza laboral nacional, sin importar las negativas consecuencias para nuestro país y las graves consecuencias sociales que acarrearía; como ejemplo tenemos:

La economía social de mercado está siendo aplicada de manera irracional sin tener en cuentas el futuro de nuestros pueblos.

Gremio de Construcción: desorden, caos, delincuencia.



Gremio de Choferes: desorden y caos (accidentes con muerte y pérdida de grandes capitales por accidentes, asaltos)



Minería: caos y surgimiento de movimientos en perjuicio del orden y el capital


Salud: corrupción insensibilidad, abandono de los más necesitados.



Educación: retrocesos del Estado, avance del capital, ubicación de los mejores profesores y sistemas en los privados, donde impera no la inteligencia, sino las conveniencias económicas, pasando los mejores a manos privadas.


El comercio: descontrol total en precios, calidad de los productos, contrabando y ahora le toca el turno a los puertos, rompiendo, anulando los entes representativos.


Industria: desaparición del 80% de ella, mano de obra dispersa, desorganizada, pequeñas empresas inestables, capitales golondrinos, estabilidad nula.


Religiones: múltiples, muchas, sin orígenes, sin credo, sin principios.


Partidos políticos: de fachada, sin doctrina, sin credo, sin principios, aventureros, capitales que se invierten como si fueran una ruleta. Sin fines, sin visión, reglas de juegos trasnochadas, dadas más para una feria que para un fin político – social de servicio.

En esta situación sólo nos queda esperar el caos social, la ley del mas fuerte o el imperio del poder.

Esperemos que las reservas sociales, políticas, intelectuales, reaccionen oportunamente y nos salvemos de esta tormenta, sin mucho costo social y no como en el pasado que le costó a las sociedades de esas épocas muchas vidas y sangre derramada de inocentes en muchos casos.

La esperanza y la fe es lo último que debemos perder

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