1990 - 2010
Luego de haber transcurrido mas de 20 años en un experimento económico -social vivido desde los países desarrollados, nos encontramos en condiciones de expresar nuestras apreciaciones desde una base con suficiente forma.
Estamos considerando que el mensaje recibido en el trámite económico a seguir ha sido incrementado con aplicaciones muy propias quizás en muchos casos incentivadas desde bases netamente económicas de interés y conveniencia de empresa y empresarios que juegan en el mundo sus roles propios de desarrollo para sus propias empresas sin considerar las responsabilidades sociales de quienes lideran sus sociedades en los diferentes países en desarrollo.
No nos cabe duda que las economías que venían desarrollándose en muchos países como en el caso de Perú si bien no podían absorber sus responsabilidades en un 100% pero iban satisfaciendo un porcentaje mínimo progresivamente que debió servir de ejemplo a seguir, previas consideraciones y ajustes necesarias por cierto.
Es el caso por ejemplo que inversiones extrañas toman lo productivo sólo para establecer procedimientos que colisionan con los derechos adquiridos en una sociedad laboral pobre y escasa, es crear mas de lo mismo, acrecentando las brechas entre los ciudadanos de nuestra sociedad.
Consideramos que estos capitales que maquillan nuestros entes productivos solo será efímera su permanencia y casi nula su proyección en el futuro dando ventajas a países competidores y competitivos en el buen uso de las medidas mencionadas.
Significaría esto que en un futuro próximo resultarían obsoletas y nuestras empresas y nuestra economía podría provocar fugas económicas profundizando aun más la pobreza en nuestro medio.
El rol del sector laboral ha sido casi nulo ante la arremetida de procedimientos, medidas, a criterio y conveniencia de las inversiones, permitiendo que estas se generalicen pronta y velozmente provocando desconcierto y debilitamiento de las organizaciones laborales que debieron cubrir los derechos laborales exponiendo los derechos adquiridos a su total desaparición, los argumentos empresariales son innumerables así como las promesas que no se cumplen en el tiempo transcurrido 20 años; aun no saca de su marasmo a los lideres sindicales y menos a los trabajadores, si ha esto sumamos la nueva obra de mano (jóvenes) que no distinguen entre los derechos, el hambre y las postergaciones que se viven, siendo fácil presa de la explotación.
Esperemos que un cambio de timón en la conducción del gobierno enmiende estos errores salvando nuestra economía social de un sismo nada agradable para la salud nacional.
La receta sería más y más inversiones en programas empresariales de inversión. Nuevos en el sentido amplio y cierto de la palabra respetando los derechos adquiridos y fortaleciendo las negociaciones colectivas que es base fundamental para mantener un equilibrio entre el esfuerzo – capital y la vida social; teniéndose siempre un equilibrio de distribución equitativa y así alcanzar un clima de paz. Progreso, desarrollo, constante y sostenido.
Si el Estado renuncia a su papel fiscalizador y abandona su facultad de MODERADOR y los organismos sindicales no son una respuesta adecuada a la presión de los capitales por mayor ganancia sin medida alguna. Los resultados pueden ser fatales para nuestra sociedad.
Esperemos pues que todos los actores cumplan con su papel a cabalidad, sobre todo los nacionales.
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