PAPELES DE BAUL
POR: FRAY GERUNDIO
¿PERROS EN LA INVASIÓN ESPAÑOLA?
Existen
versiones sobre la presencia de canes al llegar los invasores españoles a
América del Sur.
Lo
cierto es que el Perú tuvo una clase de perro, parecido al can chino.
Se
habla del lebrel y de los alanos (estos son resultado del dogo con la mastina,
de hocico corto, mandíbula fuerte, corpulento), los traídos a estas tierras
americanas.
Oviedo
en su “Historia General y Natural de las Indias”, libro XVI, capítulo XI, los
cita, aun cuenta que una “mujer” le habló a uno diciéndole “señor perro”. En
cambio Bernal Díaz, otro cronista que trató de México, no los menciona, aunque
aseveran que en Oaxaca don Pedro de Alvarado (a) Tonatio comía perros, también
su gente, a los que ponían cadenas de oro los indígenas. Fueron empleados en
las Antillas.
Zárate
y Herrera apuntan que Gonzalo Pizarro y otros invasores tragaron más de 900 perros.
Dato por ciento exagerado.
Francisco
de Mendoza los empleó para ocupar Tucumán, igualmente Francisco de Villagra en
Chile.
La
isla de Cuba pudo verlos sueltos.
Hacia
1500 fueron famosos a lo largo de Tortugas, isla de las Antillas Menores,
tierra de los caribes, Becerril y su
hijo Leoncito, unas fieras que despedazaban a los nativos, obteniendo premios
en oro.
Entonces,
tanto el caballo como el perro sirvieron de instrumentos para imponer el poder
del español, aparte de la pólvora, de las traiciones de algunos clanes nativos.
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(Especial
para “Alma Porteña”)
Callao,
Enero 2017
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