viernes, 1 de julio de 2016

LA HERENCIA DE CARLOS IVÁN DEGREGORI



LA HERENCIA DE CARLOS IVÁN DEGREGORI


POR JOSÉ CARLOS AGÜERO


A cinco años de la muerte de Carlos Iván Degregori (Lima 1945 – 2011), el IEP acaba de entregarnos el último tomo de sus obras escogidas. Estos 14 volúmenes nos dan una imagen de su enorme actividad, pero también nos ayudan a notar algo más. Lo intelectual hoy solo parece tener valor si es entendido como ejercicio técnico. Pensar no solo ha perdido centralidad, sino que ha sido cargado con valores negativos, que lo muestran como algo banal, ocioso, “caviar”. Finalmente, algo improductivo. Desalojar del espacio público la reflexión crítica no ha sido algo casual. Ha contribuido a hacer del presente común un espejismo de ilusiones, un mercado de egoísmos. Despojado de ideas, tienden a imponerse la fuerza y el miedo.

Carlos Iván fue un intelectual público. Como tal, se interesó vivamente por la marcha de la sociedad. Sus libros ahora hablan por él: de su amor por la cultura y la política, entrelazadas. Nos hablan de su terquedad por la educación, por la antropología y la universidad. De su duelo personal con el conflicto armado, intentando explicar a Sendero Luminoso dentro de nuestra historia. Y de su contribución, quizá, principal: su aporte a ese hito que aun no podemos encarar como se debe: el de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.

Escribió siempre en dura tensión con la realidad, con su vida y con su muerte. Interesado en la política hasta el final, nos deja artículos lúcidos y vigentes. Escribió sobre el fujimorismo y el riesgo del poder que no quiere fronteras. Hoy que la democracia debe ser defendida nuevamente, su ausencia se hace sentir, pero, al mismo tiempo, quizá no tanto: muchos pueden reconocerse en su defensa de la libertad y la reflexión, y sentir su influencia y su compañía.


Fuente: Diario "El Comercio" - Miscelánea, Domingo, 22 de Mayo del 2016

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