PARA CONOCIMIENTO DE NUESTROS ELECTORES
PRESENTACIÓN
Era
tiempo que dos estudiosos peruanos, aparte de otros que lo han hecho desde sus
perspectivas de historiadores también serios, publiquen estos opúsculos que son
aportes no sólo a la historia nacional.
Pérez
y Corrales nos presentan dos temas históricos importantes.
Uno
de historia, el otro el fundamento.
Y
esa tarea está muy bien,
Es
un cuadro con un árbitro, otro de los suyos, el coronel Adrianzén López, quien
los alentó para sacar a luz estos hechos que no muchos compatriotas conocen.
A
partir de estas publicaciones deben salir otras y es tarea de los preocupados
por el bicentenario.
Están
bien expuestos, bien diseñados, “son oro en polvo” como dice Abel Yataco, “una
mina” según Canachito, el de “Callao en tijeras”.
Esperamos
sean presentados en acto público, tal vez en la Universidad u otro centro cultural
como la ANP, la matriz.
Valen
pues, y mucho, estos trabajos de índole histórica.
Además
cabe decir que ambos, incluyendo al coronel, son exalumnos del antiguo y glorioso colegio
Decano “Lima San Carlos”.
Les
felicito. Nos veremos para celebrar en el exclusivo de “Marina” de La Punta.
San
Miguel, Lima Julio de 2017
VILMA
E. CHIRINOS PAMIES
Promotora Culturóloga
CORRALES,
EL PALPEÑO, AL DR. KUCZYNSKI, EL
PRESIDENTE
Es
un honor para mí referirme a mi pueblo, al que le han quitado el mar y no lo
menciona en toda su realidad histórica ningún texto de especialidad.
Palpa
debe tener un monumento a su gloria.
Insisto,
y sépanlo los miembros de la comisión del Bicertenario, en Palpa tuvo lugar la
primera batalla por la independencia del Perú.
De
prueba está el Parte de Guerra del patriota Rufino Guido que derrotó allí a los
españoles, pasándose 200 de ellos a sus huestes; de los mil y tantos que eran
solamente quedaron 700 para después pelear en Changuillo, Nazca.
¿Cómo
se puede decir que esa acción fue una escaramuza
si pelearon cantidad de soldados de ambos bandos? Hasta se tomaron cantidad de
trofeos.
A
partir de la batalla de Palpa empezará la línea ascendente de victorias
patriotas.
Yo
no sé porqué razón los historiadores nuestros no la mencionan, si lo hacen es
en 4 ó 5 líneas, nada más.
¿Acaso
hay interés para poner encima de la de Palpa la de Changuillo de la ciudad de
Nazca considerándola la primera? No pues, la verdad es la verdad.
Así
haya durado un segundo, ya es acción de armas. La batalla de Junín ¿cuánto
duró?, cuatro minutos y cinco segundos. ¿Fue o no una batalla?. Y a pura
espada.
Además
el episodio histórico del 7 de octubre de 1820, fecha de la batalla de Palpa,
es el principio de la conclusión de nuestra independencia política, incluyendo
la de América del Sur como dice el autor chalaco del opúsculo que le remito.
Me
refiero, al decir final, al combate (que sí lo fue y no batalla como lo que
sucedió en Palpa) del Callao del 2 de Mayo de 1866, combate en el que unidos
civiles y militares, no únicamente uniformados, derrotaron definitivamente las
intenciones colonialistas de España que ya no era el de las épocas de Carlos V.
Entonces
en Palpa tuvo lugar el primer choque armado contra España, en el Callao el remate
de ese choque.
Por
eso hemos pedido al alcalde del Callao hermanar a mi pueblo con el del Chim
Pum, aún no responde. A ver si usted, amigo Presidente, se lo ordena y exige a
los historiadores abocarse al asunto del bicentenario poniendo atención en lo
que ocurrió en Palpa el 7 de Octubre de 1820 donde tuvo actuación los Cazadores
a Caballo del patriota Necochea, cuando ya San Martín estaba en Pisco desde
setiembre de 1820 donde ideó el bicolor patrio.
La
historia hacerla pues Historia, con mayúscula. Y hace bien mi colega, el buen
chalaco, palpeño de corazón, lo es también el coronel Carlos Adrianzén López,
hombre leído, don Ricardo Pérez Torres Llosa, al publicar este opúsculo, bien
expuesto que titula “Una Batalla, un Combate”. Léalo, Presidente, y así tendrá
mayores luces sobre lo que digo, si desea que “El Peruano” lo publique, lo lea
el Canal 7, Radio Nacional, Radio La Crónica, los congresistas de su agrupación
política lo difundan. Es oro en polvo. Además él un ilustre del Perú,
excandidato al senado hace algunos años, de lujo.
Palpa
debe figurar en los circuitos turísticos y en las páginas escritas sobre el
Perú. ¿Por qué no? ¿Quién se opone?
¿Por
qué lo soslayan? Luego erigir un monumento a esa batalla en Palpa. Que lo haga
el alcalde, el presidente regional de Ica. Hacerlo saber Presidente. Les hemos
enviado cartas sin recibir respuesta, ni del diario de la localidad.
Del
7 de Octubre de 1820 algo saben en el CEHM, pero aquí sólo tienen la relación
de batallas a partir de 1821, también algo sabe el profesor historiador
Collantes, ex del CMLP; en el Instituto Sanmartiniano también. Pero nada en los
antiguos textos de historia del Perú. La Facultad de Ciencias Sociales de San
Marcos no nos ha dado respuesta al respecto. Estamos revisando a Basadre el día
de hoy.
Una
batalla primera en un lucha patriótica no puede pasar desapercibida.
Ha
sido una historiadora de Argentina la que se ha preocupado de este capítulo, ni
Mitre al hablar de San Martín dijo algo. Por ella se supo lo que pasó en Palpa
al detalle, debe tener documentación fresca, porque tiene un libro en la que
menciona esa batalla, en la que fueron artífices los oficiales antifidelistas
Guido y Necochea, que no eran unos más de batallones de esos tiempos.
Y
Palpa con sus líneas, geoglifos, de las que no se ocupó la Dra. Reiche, pero iba los fines de semana
a Palpa para saborear las raspadillas en el negocio de un conocido palpeño, es
más antigua que Nazca en materia de
arqueología. ¿Qué más?.
En
la mencionada batalla se enfrentaron batallones, no diez o veinte soldados,
cientos fueron. Como mil presentaba esa vez el realista que recorría el lugar
del Chichictara encontrándose con los patriotas.
Cantidad
de muertos, de heridos, arrojó la mencionada batalla, más del lado enemigo.
¿Cómo
entonces no considerarla? ¿Qué ha pasado con respecto a este acontecimiento?.
Echar
número sólo para evaluar la batalla de Palpa.
Y
digo esto no porque sea un palpeño de raíces sino un peruano de origen,
interesado en que salga la verdad a luz, no que sea a medias, tampoco sea una
página oscura.
Que
algo sucedió en Palpa en los primeros años de la guerra independentista,
ocurrió. Están las pruebas fehacientes, ver el Parte de Guerra del Teniente
Coronel Rufino Guido, con apellido de lustre que su hermano lo llevó con
orgullo cuando fue uno de nuestros defensores contra España colonialista.
Por
eso recurrí a mi amigo Pérez Torres Llosa, nuestro Consultor, autor de las cartas,
proyectos de Ley, otros documentos, que los del Estudio de Prensa RPTLL
firmamos por ser un cuadro de pensantes patriotas, varios de nosotros exalumnos
del glorioso e histórico colegio “Lima San Carlos”, el primer colegio
particular -¡Ojo! - de la República, el Decano, sacado de su local de Juan
Simón durante el gobierno de Fujimori. ¿Por qué?. Allí nos enseñaban e
inculcaban el amor leal al Perú, la patria soberana por encima del resto de
países del mundo, maestros como Saúl La Cruz, Marengo, Gálvez, Zamudio, los
Bacacorzo, Hernández, Moreno, Marengo de IPM. El mejor que nadie podía hacer la relación de
los hechos del 7 de octubre de 1820 y del 2 de Mayo de 1866, enlazar el inicio
y el final, como se hace en el teatro o
cine, en los libros, el principio y el final, el origen y el desenlace. Aquí
tenéis su opúsculo escrito en horas de la madrugada, como él sabe hacerlo,
hasta se dio una tregua para componer una canción al ídolo criollo de América
don Carlitos Gardel que titula “Homenaje a Gardel”, ya en su block de
manuscritos “Hojas de Tiempo – Letras de mi Rincón”.
La
batalla de Palpa tiene que figurar en primera fila, a la cabeza de todas las
batallas por la independencia del Perú. Ordenarlo al estilo militar.
Nadie
puede objetar eso. Es un hecho histórico indiscutible. En esa batalla se empleó
la táctica, el ataque frontal, la sorpresa. Además sobresalió el espíritu de
victoria, la decisión de imponerse. El lado patriota lo tenía en grado sumo.
Me
va a llegar en estos días el libro de la Dra. Emilia Edda Menotti.
Usted
a través del Ministro de RR.EE., puede conseguirlo en Buenos Aires, acudir a la
Academia Sanmartiniana del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Bayona
habla de combate, pelea en el mar, no lo era, fue batalla, pelea en tierra.
El
oficial Guido supo la orden de San Martín para aceptar las
negociaciones con el Virrey que se llevaron a cabo en Miraflores, 8 días de tregua
sin mayor novedad.
Las
cartas del 5.10.1820 entre San Martín y Pezuela fueron textos contundentes. San
Martín pedía acabar con “los horrores de
la guerra”, el español replica que la llevaría a cabo hasta el final porque así
era él y tenía orden de su rey.
De
ahí la marcha de Alvarez de Arenales a la sierra, el objetivo principal: acabar con los
realistas en la sierra.
Rufino
Guido es de la División del General Juan Antonio Alvarez de Arenales, de los
1,138 efectivos que, recibiendo orden de San Martín, deben partir a la zona
serrana.
El
asunto es derrotar a Quimper. Necochea está con sus Cazadores a Caballo. El
teniente Coronel Rojas con 250 a perseguir al enemigo, a caballo. Guido durante
la persecución mira la retirada de los de Químper, el convoy de familias, una
carrera veloz, la segunda marcha por ruta distinta hasta alcanzar a los
fugitivos.
“Tal
la historia”, como dice “Munrra”.
Entonces,
presidente, manos a la obra. Hágase palpeño, así como se hizo “charapa” el Papa
que nos visitó, Juan Pablo II.
Un
abrazo y no le haga caso al palacio de los pasos perdidos.
Palpa, señor
Presidente Kuczynski, merece un desagravio, sacarlo del olvido en el asunto
relacionado a la guerra por la Independencia del Perú. Es urgente, así como
evitar que la minería acabe con los paisajes naturales del país y la
informalidad se haga poder.
Nuestros
historiadores están obligados a hacerlo e investigar, hasta los ministros de
Educación, ahora de Cultura, los congresistas de la Comisión de Cultura, los
profesores de historia. ¿De acuerdo?
Y es necesario
erigir el monumento a la primera batalla del 10 de Octubre de 1829 en la ciudad
de Palpa figurando el busto del Teniente Coronel don Rufino Guido, además la
leyenda alusiva a la batalla. Para el 2021 ya debe estar listo, así como se
trabaja para los Panamericanos.
El deporte no es lo
sustancial, es la historia para orgullo de la ciudadanía, la cultura (“base
exclusiva de la libertad” como dice el Dr. Evaristo Panana y Mena).
Guido merece un
reconocimiento, fue gran oficial patriota, tiene la calidad de los jefes
patriotas de aquel entonces como Dulanto, limeño que fue alcalde del Callao
(1857); Plaza, argentino que fue Gobernador del Callao (1857); Salaverry que
fue presidente del Perú; Gayangos, Salom, Santa Cruz, etc.
San Martín al ocupar Pisco el 8 de Setiembre de 1820 y
convertirlo en su Cuartel General, preparó planes para cercar a La Serna,
hacerle la vida imposible al virrey Pezuela. Y así lo hizo, Arenales a la
sierra, los demás jefes limpiar Ica, y a Palpa el Teniente Coronel Guido que
vencerá a los españoles en número de más de mil hombres, regando como 200 muertos
enemigos en tierras palpeñas, el mismo número de realistas caídos el 16 de
febrero de 1825 en la batalla de
Barboza, chacra de Miranaves (Callao), cuando ya Bolívar estaba en el Perú.
Es conveniente decir
que la población tanto de Pisco como de Palpa no fue ajena al sentir del
ejército libertador que vino del sur atravesando la fría cordillera chilena
para conseguir el 28 de julio de 1821 la independencia del Perú.
Además la riqueza
natural de Palpa ofrecía a los patriotas seguridad, tan es así que le fue fácil
a los patriotas vencer a un enemigo que se creía poderoso, el dueño del Perú.
Es por eso que Palpa
aseguró al poco tiempo, a los días, la batalla de Nazca, que fue la segunda
batalla de la causa independentista. De no haber así, difícil hubiera sido la
victoria de Changuillo, de Nazca. Se logró porque los realistas ya estaban desalentados
en ánimo, por lo menos los subalternos. Además
habían ocurrido una serie de sucesos que favorecieron al ejército
patriota como el pase del selecto “Numancia”, la independencia de Guayaquil, de
Trujillo, de Lambayeque; y no se olvide el incremento de las conspiraciones en
Lima a favor de la Independencia.
Y muchos criollos de
apellidos sonantes estaban adheridos al ideal patriota, también gente del
pueblo, no obstante que se tuvo criollos y plebeyos unidos a la causa del rey
de España, por interés, por ignorancia o por tener un espíritu servil.
Recuérdese que el cacique Pumacahua luchó contra Túpac Amaru II, en un
principio don José de La Mar defendió el pendón real de España, y tantos otros
que después abrieron bien los ojos.
Entonces lo sucedido
en Palpa fue una acción decisiva para las armas libertadoras.
¿Qué hubiera pasado
si Guido cae derrotado? Difícil que Arenales, Necochea, hubieran podido llegar
a la sierra, difícil hubiera sido para San Martín disponer lo que dispuso
primero en Pisco, después en Huaura. Pezuela el virrey por eso se dio cuenta
que su situación en el Perú ya era insostenible, y los suyos se dieron cuenta,
entonces ocurrió lo de Aznapuquio, reemplazándolo La Serna, el que debió
enfrentarse a Bolívar, a la Corriente Libertadora del Norte.
Rosay cita la
batalla de Nazca como la primera, pero no lo es. No menciona la de Palpa el
profesor Mariátegui Oliva, tampoco el Dr. Pons Muzzo, y otros notables ¿Por
qué? ¿Falta de documentación, de investigación?.
Palpa existe, y en
Palpa se dio el primer paso seguro para la Independencia del Perú, para la
formación incluso de la República.
¿Qué más alegar?
Basta el Parte de Guerra del Teniente Coronel Rufino Guido.
////
Apunta
Lucas, el evangelista: “Porque nada hay encubierto, que no haya de ser
descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido”.
Las
luchas por la independencia política del Perú han sido varias, no sólo las que
llevaron a cabo los jefes de las Corrientes Libertadoras del Norte y Sur.
Otrosí
tuvieron causales. Desde que el invasor español puso pie en tierras peruanas,
la resistencia de los nuestros fue de acción e identidad.
Sería
largo enumerar los hechos, las lides, los nombres de los personajes,
especialmente quienes fueron a los que llamó Azuela “los de abajo”.
La
historia real los tiene registrados, a algunos la considerada historia oficial,
más inclinada a resaltar al criollo, el que forjó esta república a partir de
una intención de clase.
Pues
bien, al estar cerca el bicentenario de la independencia política del Perú, hay
que considerar dos sucesos importantes, de armas, que serán, diremos, el primer
salto victorioso y el último salto triunfador sobre la España colonialista,
cortesana, imperial.
Conste
que aún Monroe desde el país del Hudson no lanzaba la Doctrina que lleva el
nombre suyo, opuesta a los planes oscuros de Metternich.
Pero
ya el mundo asistía a su primera revolución industrial.
Era
censurable contar con colonias en este lado de América del Sur, aceptarlas.
Distinto los casos de China, India.
El
argentino, oriundo de Yapeyù llamado por Rojas “el santo de la espada”, se
encuentra desde setiembre de 1820 bajo la sombra de la bahía de Paracas, manda a 4,000 hombres.
Aquél
piensa que la independencia tanto de Argentina cuanto de Chile necesita
asegurarse siendo independiente del yugo de Iberia la patria de Condorcanqui.
Dispone
entonces las tácticas respectivas. De antemano domeñar el mar. El irlandés
Cockrane el nuevo Brown.
Junto
al que no quiso apoyar el venezolano Bolívar tras lo de Guayaquil un número de
oficiales selectos, de soldados no únicamente platenses.
Como
Paracas está dentro de Ica, ha menester tomar el futuro departamento con el
objeto de mejor posicionamiento.
Por
cierto que antes tuvieron lugar unas negociaciones entre fidelistas y separatistas,
entre el general San Martín y el virrey Pezuela, nos referimos al trato de Miraflores,
conferencia o armisticio del 26.09.1820, sin éxito.
El
Teniente Coronel don Rufino Guido, patriota, hermano de Tomás que tendrá
nombradía durante la administración gubernativa del padre de Mercedes, al trotar
por Palpa, vieja ciudad de huacas, el 7 de octubre de 1820 enfrentará a una
cantidad considerable de españoles que por ahí aparecían.
A
Guido lo escoltan los Cazadores a Caballo del coronel Necochea.
Perdieron
allí la vida 500 defensores de la causa del rey, pero 200 se pasaron al bando
contrario.
Conste
que de los mil y pico de españoles, quedaron unos 700 prima facie para pelear
en la siguiente batalla que se dio en Changuillo, Nazca, a los pocos días, el
12.
Además
los no realistas obtuvieron trofeos que seguramente apreciaron los perdedores.
Luego
de esta acción armada, la hace constar en su Parte el vencedor de Palpa, la
cual no fue una escaramuza, como lo piensa Leguía y Martínez, sino una batalla
de muerte, el oficial Arenales recibió la orden de San Martín de ir a la sierra,
el objetivo: primero traerse abajo a Químper que está en Ica.
Aquella
batalla, no combate, tuvo las características por el tiempo de duración, de la
de Junín, con algunas diferencias resaltantes, no bastó la espada, inclusive se
usó, parece así, la estrategia que emplearon los pieles rojas confederados
contra Custer, el ataque de frente.
De
esta manera empieza el camino de victoria de la guerra independentista del
Perú, sin que falte, claro está, la intervención de los cobrizos del llano,
varios organizando guerrillas.
Entonces
dentro del suelo del Chichictara, el de los geoglifos antiquísimos se dio el
primer paso glorioso sobre el orgulloso ejército español.
Vale
hacer constar que Guido pertenecía a la División del general Juan Antonio Alvarez
de Arenales, al mando éste de 1,138 efectivos con orden de San Martín Matorras
de partir hacia la sierra; pero antes sacar del campo iqueño a Químper, el
realista. Como Necochea está al mando de los Cazadores a Caballo, además Ica
fue ocupada el 6 de octubre, corre 1820, el teniente coronel Guido, después que
su colega Rojas con 250 persiguió al enemigo, todos sobre cabalgaduras, él hace
lo mismo, llega a divisar el convoy de los fidelistas, éstos no dan la cara,
tratan de desaparecer, entonces en ruta distinta, lo cual indica que hubo una
segunda marcha, los patriotas les dan alcance, así empezará la hazaña esta, la
del 7-10-1820, día sábado. No se olvide que día antes, el 5.10, el yapeyuano
dirigió carta al virrey Pezuela para cancelar una guerra sangrienta, de horrores;
la respuesta del Marqués de la Concordia será negativa, la llevaría – dice –
hasta el final porque así era su carácter, resuelto, aún más, tenía orden del
monarca, su máxima autoridad.
Cochrane ha
desembarcado el 7.09.1820 en Paracas, al día siguiente lo hace el hijo de Juan
y Gregoria de unos 58 años de edad en Pisco que será el Cuartel General de la
Corriente Libertadora del Sur.
El enemigo en número
de 23,000 hombres está desparramado por Arequipa, Alto Perú, sólo en Lima 7,000
efectivos que no infundían confianza. Es por eso que Pezuela (el virrey) opta
por conferenciar en Miraflores, de las afueras de Lima, con San Martín. El
fondo era ganar tiempo. Ambos bandos no llegaron a ningún acuerdo.
Arenales recibe la
orden de cercar a La Serna, ocupar la sierra, es así como se da el triunfo
patriota de Cerro de Pasco. Antes se tuvo las victorias de Palpa y de Nazca, la
derrota de los españoles que verían después a la Expedición Libertadora
atravesar el Callao, Ancón, rumbo al norte, hacia Huacho, Huaura, al dejar
Pisco el 26.10.1820.
Mientras Pisco fue
la trinchera principal de los contrarios al fidelismo, dos líneas en pugna: con
o sin el rey, sucedieron una serie de acontecimientos favorables a la causa
independentista, uno de ellos la
independencia de Guayaquil el 9.10.1820, aquí tuvo participación el
cajamarquino José Santos Figueroa Villacorta.
Todo lo acaecido
durante la década del 20, siglo XIX, servirá de sostén al Protectorado que se
instaló el 3.08.1821, siendo José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete el
Presidente de Lima (Prefecto). Entretanto 20,000 españoles asolan el sur, el
Alto Perú, el valle del Mantaro.
El 7 de octubre de
1820 el preámbulo de lo que sería el final contra el colonialismo de la nación
de Azorín.
“La
maestra de la vida”, fiscal de acontecimientos en el tiempo, abrió la página de
un inicio, durante la fecha antedicha, para beneplácito de las armas patriotas
aliadas, y la cerrará sesentaiséis temulentos después, esta vez a través de un
combate. Primero fue la terrestre, ergo la marítima.
El teatro de Clío es
reprisado.
Los
mismos personajes el día de Leonidas: Perú, España, más los vecinos nativoamericanos
aliados al ideal patrio: Ecuador, Bolivia, Chile.
Un
2 de mayo de 1866, playas chalacas el escenario del Combate del Callao.
La
cuna del Guadalquivir intenta nuevamente, porque al interior del reino afronta
serios problemas de estructura, de poder, reconquistar lo que considera territorios
suyos, aún más, reclama indemnización económica, el desagravio.
Países
como Francia, Holanda, Inglaterra, hacen imposible el existir de la otrora
fortísima España. Nueva correlación de fuerzas político – económicas
imperiales.
El
colonialismo del siglo XIX como sistema
reasume otros modos de presión.
Una
poderosa armada española se viene contra América del Sur. Está abanto porque
hizo salir de Madrid a los bonapartistas heroicamente, gracias al pueblo de las
calles, enemigo de “Pepe botellas”, dolido por los fusilamientos de mayo.
Apreciar la pintura de Goya.
Como
le fue bien ese mayo de principios del ochocientos, supuso que sobre este lado le volvería a sonreír Marte.
Cogió
primero a Chile, que no era fuerte, bombardeándolo, Valparaíso caía como un fusilado, de ahí
hacia el Perú, donde, a pesar que no se
contaba con material bélico de primera, le respondieron a la manera de los
espartanos, de los Macabeos bíblicos.
Como
sucedió el 15.01.1881 asistiendo a los reductos de Miraflores, toda la
población, sin distingos, quedó unida en un solo puño, y combatió al ritmo de
los 50 cañones contra los 300 del invasor, hasta hacerlo leña.
Nuestras
baterías del norte, sur, centro, a órdenes de bravos militares, nuestros
barquitos con marinos decididos, los civiles en sus trincheras, desde jóvenes,
niños a senectos, incluso damas, la señora Reyes, no se silenciaron ante Casto
Méndez Nùñez, ante los gritos de Topete. Desde las once de la mañana hasta más
de las 4 de la tarde el Perú se batió como león, como aquel Cahuide que no pudo
capturar el foráneo hurtador del Tahuantinsuyo.
Entre
los insignes de la civilidad, alcanza la
inmortalidad, la gloria, el adalid de la torre de la Merced, el abogado carolino
José Gálvez Egúsquiza, cajamarquino, junto con él otros notables, citamos al
bombero Alarco, limeño, al colombiano Borda.
¿Qué
decir del Cañón del Pueblo? Un solo cañonazo, antes de desarmarse, marcó a
fuego el tono de la chimpunería
Invicta
la Cuádruple Alianza.
De
este capítulo admirable salió todo un himno, la Canción Chalaca, obra de Palma
Soriano, el tradicionista, aquella vez el secretario del Ministro de Guerra que
salvó por recibir orden para manifestársela al entonces Dictador, aún no el
cuestionado de 1879, el huanuqueño Prado Ochoa.
El
2 de Mayo de 1866 sella definitivamente la independencia política no solamente
del Perú. No había bastado, para España, la Capitulación de Ayacucho.
Tal
pues la historia de dos jornadas épicas a favor
del territorio de los incas, soberano, cabeza clave de Nativoamérica.
Las
fechas: 7.10.1820, 2.05.1866, hacerlas constar en el obelisco a la libertad,
obra que falta erigir. Deuda a saldar con nuestros legítimos patriotas.
“Me
ha parecido también a mí, después de haber entendido todas las cosas desde el
principio con diligencia – parafraseando a Lucas -, escribírtelas por orden, de
muy buen….”, dilecto lector, obligado a conocer la vida de la patria grande, de
la patria chica, del mundo que es su marco, así como conoces la génesis de tu
familia.
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LOHMANN V., Guillermo
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VARGAS, Nemesio ………… “Historia del Perú Independiente”. Tomo
I. Lima, 1903
Abrió
los ojos el año 1796, frisaba los 14 años de edad al retirarse el virrey (el
último de su país) Baltazar Hidalgo de Cisneros, después de éste dos juntas de
gobierno, dos triunviratos, los Directores de las Provincias Unidas, etc.; los
cerró hacia 1880, época de progreso con
estabilidad. Buenos Aires, era el virreinato del Río de la Plata, su cuna; la
misma, como república, su sepultura.
Militar
de carrera, del arma de caballería.
Hermano
menor de Tomás, el que presenció el acto de independencia política del Perú y
le escribió una interesante misiva a la esposa, tomó la decisión de pertenecer,
al correr 1813, al Regimiento Granaderos a Caballo, una obra de avanzada de ese
tiempo del generalísimo San Martín, y en calidad de integrante asiste al sitio
de Montevideo. Al año siguiente se le verá peleando en el Alto Perú, en la lid
del Tejar, cae prisionero, escapa trego capturando a sus carceleros, viéndosele
en Sipe Sipe, batalla a favor de los patriotas,
la cual le permite figurar durante 1816 dentro del famoso Ejército de
los Andes, hacer la campaña de Chile, sobresaliendo en Chacabuco, Cancha
Rayada, Maipú, acciones bélica, que darán la independencia de Chile, las que
admiró O’Higgins, venciéndose al brigadier español Osorio, años de 1817 a 1818.
Con
el grado de Teniente Coronel aparece en el Perú, en el Ejército de los Andes
cuya patrona religiosa será la Virgen del Carmen.
Y
a él se debe la batalla del 7.10.1820, que se conoce, aunque hay quienes no la validan,
incluyendo instituciones de investigación, como batalla de Palpa, la primera
que diòse entre nosotros por la causa
separatista.
Después de esta hazaña, siendo segundo jefe de los
antifidelistas, estará presente en la de Cerro de Pasco, donde se derrota el
6.12.1821 a un fuerte contingente realista, al general O’Reily, al
insurreccionar Arenales la región central del Perú.
La
toma de Lima, la defensa de ella, marcando el almanaque 1822, obliga a
ascenderlo a coronel.
A
este militar platense de la época de M. Rojas, Alvarez de Arenales, Necochea,
testigo de los sucesos de Nazca, lugar de la segunda batalla patriota
(14.10.1820) derrotándose al realista Químper, puede considerársele el Nieto de
la cuna de Arlt.
Débese
hacer constar que sirvió a San Martín
Matorras en condición de ayudante personal, un asistente de confianza,
como en 1866 el tradicionista peruano Palma fue Comisario de Guerra del jefe
del gabinete de la Dictadura de Prado, o sea, del doctor José Gálvez, el tribuno
liberal oriundo de la tierra del Cumbe.
Además
sería como de los que acompaño al “Santo de la Espada” a las tres entrevistas
con el venezolano Bolívar Palacios para poner fin a la guerra contra la España colonialista
e imperial, saliendo del Callao en julio de 1822 para llegar a Guayaquil el día 25. Será entonces testigo indirecto,
de afuera, de la presencia de su jefe mayor dispuesto incluso de ponerse a las
órdenes de Don Simón, el formado por S. Rodríguez. Presenció pues el saludo que
dieron las damas guayaquileñas, apreció los diálogos entre ambos jefes
respectivamente de las denominadas Corrientes Libertadores del Sur y del Norte,
sin el éxito que el generalísimo argentino anhelaba. Rufino Guido solamente tuvo el papel similar
a un edecán.
Durante
la retoma las “tres veces coronada villa” por los españoles, dirigidos ya por
La Serna Hinojosa, a Pezuela lo
destituyeron los suyos en los que se llamó el motín de Aznapuquio, a Guido le cupo la
misión de atacarlos cuando intentaban salidas para conseguir alimentos, de
aquella manera los cercaba hasta frustrarlos, desanimarlos, haciendo una
estrategia sicológica.
Residió
largo tiempo bajo el cielo peruano, aquí asciende a General de Brigada, un alto
grado para el hombre de armas, otros pensando que era el momento de presidir el
mando supremo al advenir el período del militarismo con miras de administración
gubernativa.
A
mitad de 1855, cuando figuran los Presidentes de la Confederación como Urquiza,
Derqui, a partir de Mitre los Presidentes de la Nación, regresa a la
patria, a su raíz, a la capital que
desde hacía tiempo respiraba aires republicanos, a veces de tirantez. Toma la
línea del hermano, quien milita dentro del Partido Federal. Para ello, después
de los sucesos de Pavón, que fue una batalla de características de guerra
civil, dentro de esos capítulos en que las provincias del Plata se separan,
varios decenios de anarquía, la dictadura de J.M. de Rosas de 1835 a 1852,
tiempos de los Gobernadores de la Provincia de Buenos Aires, opta por
entregarse a la vida del sosiego, colgar el uniforme del soldado, no obstante
que el gobierno de 1868 a 1874 del maestro Domingo F. Sarmiento, el autor de
“Facundo”, lo ha ascendido a General.
Con
años encima, sobre los hombros una rica experiencia a favor de los ideales
libertarios, de las causas patriotas, contrario a toda posición que signifique
yugo, dependencia colonial, tiranía, se retiró de la vida de cuartel para gozar
de las gracias de un hogar con familia honorable, amante, digna del aprecio de
los que le admiraron.
Patriota
venerable este buen argentino, de la
levadura de Saenz Peña Lahitt, que no abusó del poder, de los privilegios, el orgullo de la soberbia jamás pudo hacerlo
de los suyos. Ha pasado así a la historia como el que cumplió con su deber
hasta que murió en olor de gloria, cuando a Avellaneda le seguirá Roca, la inmigración europea es
fomentada, asimismo los ferrocarriles.
Vicente
Cutolo uno de los biógrafos mejores de esta figura que fuera de los años del
700 y 800, entre dos siglos, otro adalid de la Expedición Libertadora del Perú.
Chile,
Perú y Argentina están en deuda con él. Reclama el monumento a la Libertad en Santiago,
Palpa, Lima, Buenos Aires, sin soslayar el busto que lo perennice ante la
Historia Universal.
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