EL ALBATROS
Minicuento de Bahía :
Por
: Ricardo Pérez Torres Llosa.
Érase
una vez, en un puerto antiguo, contando con una ciudad de callejuelas no alineadas, ésta estaba bastante
corrompida.
Una tarde de
sol, en la playa, descansaba
plácidamente un albatros ya grande, conocido por mataperro, avispado,
cantor, valiente, mientras miraba el mar, su alfombra, su espacio vital,
meditaba.
Al rato se
le aparece un chorlito diciéndole que viene desde lejos. Le traía un mensaje,
para hacerlo abrió sui pico ocho veces.
Lo despide
el albatros con amabilidad y gratitud. Hacia el horizonte hincha el pecho, como
que respira, bosteza. Dirige su vista a
las islas que están enfrente. Dirá enseguida: “Es tiempo de que la esperanza no sea una promesa ni la
promesa una esperanza, la hora matinal ya no puede aguardar tanto”.
Ha volado
tan alto que hasta los vientos, peñascos, piedras, acantilados, musgos, se
asombraron.
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Nota
---- Callao,
12/03/2017
Hora:
4:20 a.m.
Especial
para “Alma Porteña”
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