martes, 3 de febrero de 2015



 La Revista

Alma Porteña tiene el alto Honor de saludar al Automovilismo Peruano en la persona de Arnaldo Alvarado Degregori quien destacó no solo como corredor si no como persona noble aún en competencias deportivas siendo un ejemplo, ya, legendario, para futuras generaciones.

ARNALDO ALVARADO DEGREGORI

Nació en Puquio el 21 de septiembre de 1911. Fueron sus padres Alfredo Alvarado Rivera y María Luisa Degregori de Alvarado.

Desde muy joven luchó por la democracia, militando en el Partido Aprista Peruano. Así fue objeto de persecución y pasó 6 años de prisión por razón de sus ideas. Fue aprista desde 1931 hasta su muerte y amigo de Víctor Raúl Haya de la Torre, a quien llevó de vez en cuando en su auto en sus giras por el Perú.

Fue Constituyente de la República en los años 1978 y 1979, participando activamente en la elaboración y promulgación de la Constitución de 1979.

Aprendió a manejar a bordo de un camión de carga. Su primera carrera fue una Ica-Ayacucho y la ganó con sobrada ventaja: el segundo lugar llegó seis días después. Con el paso del tiempo fue cosechando muchos títulos, ganando casi todas las competencias nacionales, entre ellas el rally Caminos del Inca (1967), el Premio Presidente de la República (1950, 1951, 1955, 1956), etc. Corrió hasta 1975, habiendo competido con distintas generaciones de pilotos.
 
Su auto más conocido fue "El Ladrillo", llamado así por su color y su sorprendente dureza. Aún existe y es un Ford 40 que se encuentra ahora en exposición en el Museo del Automóvil Nicolini.
Recibió los Laureles Deportivos.




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